Hola amiguitas...
Me pareció bueno que conocieran mi historia, que me conozcan, no sé si los demás blogs tendrán éste tipo de presentaciones, pero lo que si sé es que no puedo tener amigas si no me conocen, así que ahí va:
Como verán me llamo Annie, y soy de Buenos Aires, Argentina.
Soy ana hace 6 años, soy una vieja ajaja tengo 27... pero bueno, espero que no me discriminen (chiste)
Si no me equivoco todo empezó cuando mis padres se divorciaron. Yo acababa de cumplir 20 años y me deprimió mucho, sobre todo porque me pusieron en el medio de sus peleas, tuve que yo solita ocuparme de todo. De mis hermanitos, tengo 2, y para ese momento estaban en la escuela, así que yo me ocupaba de que se levanten a tiempo y les hacía el desayuno, cuando volvían los esperaba con el almuerzo hecho, hasta ahora era todo mas bien normal (cualquier hermana mayor del mundo hubiese hecho lo mismo) sobre todo teniendo el tiempo ya que la universidad tenía horarios a partir de las 7 de la tarde. En definitiva estaba todo el día en casa. De a poco ocupé el lugar de mi madre, que se la pasaba durmiendo o fuera con el nuevo novio.
Había tantas cosas de las que ocuparse que mi tiempo de comer y descansar se vio cada vez más reducido, hasta que una semana, me la pasé sólo con una empanada (para las que no saben es igual a un sandwich o una torta de jamón y queso) más las 6 tazitas de café sin azúcar que consumía por día.
Se imaginan que el estado era de histeria todo el día. Estaba enojada, cansada, ocupandome de cosas que no debería, y por sobre todo, no quería comer, nunca más.
Todo me daba asco, estaba totalmente triste y no quería salir, ni hacer nada, pero lo peor de todo era que me sentía gorda!
Cada vez más y más gorda, cada vez que me miraba al espejo era como mirarse en un espejo de aumento... hasta mi cara estaba enorme... era horrible.
A diferencia de muchas de nosotras yo no tenía nadie que me dijera lo flaca que estaba. Así estuve como un año o más hasta que un día ví una remera arriba de la mesa, era muy chiquita, del tamaño de un plato, era roja, sin mangas, casi como un top. Y tenía el tamaño de un plato!!!
Ahí me di cuenta de que algo andaba mal. Empecé a averiguar verdaderamente cuánto había bajado de peso, había pasado de pesar 52 Kgs. a 42 Kgs. en cosa de 6 meses y mido 1,60 m.
Algo andaba mal, se me había ido todo de las manos, y eso era sólo el comienzo.
Me tengo que ir ahora, prometo seguirles contando.
Animo princesas...
nadie dijo que sería fácil.
